domingo, 15 de diciembre de 2013

Las noticias del mañana

Aquel fluido no estaba del todo mal; y lo mejor de todo: no provocaba acidez, eliminaba fastidiosas resacas virtuales y no implicaba efectos negativos, de acuerdo con los informes gubernamentales.

Dos pequeñas porciones de aquella espesa masa recomendada por mediáticos nutricionistas y la selección de uno de los múltiples subcanales de la sección 32 completarían su rutina. La presencia de 454 canales con sus correspondientes niveles inferiores proporcionaba la misma información adoctrinadora, pero cabía la posibilidad de elegir un continente teñido de estandarizados perfiles ideológicos. Hacía ya tiempo que el reconocimiento por voz había quedado obsoleto y la selección telepática se había impuesto como única opción. El avance tecnológico proporcionaba numerosas ventajas.

Saltó de canal en canal; no sabía cuánto tiempo había pasado. Algo hizo que parara súbitamente; en apariencia era una noticia más del subcanal 312B3, pero algo había en ella: algo atemporal. Afloró en él una sensación de recuerdo impreciso pero potente. El brazo robótico sostenía el micro delante de aquel viejo hombre de mirada alegre, encantado de saberse protagonista de un instante olvidable para el resto pero importante para él. Y respondía a las preguntas de manual con sus respuestas de manual. La intrascendencia debía ser el punto final del desayuno, el punto de partida de la jornada de trabajo: lo era ahora y lo había sido siempre. Debía darse prisa o llegaría tarde.


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