viernes, 14 de febrero de 2014

Aquel extraño planeta

Siempre había sido inquieto, deseoso de conocer nuevos territorios. Desde pequeño lo tuvo claro: al crecer se convertiría en un increíble descubridor de terrenos jamás explorados. Así que cuando se aprobó la primera expedición intergaláctica con el fin de encontrar nuevos lugares para abastecimiento de recursos él ya era uno de los pilotos más reputados de todo su sistema solar.

Que todo saliera mal no impidió que saliera adelante. Una colisión fatal, la pérdida de sus compañeros, la más completa soledad. Aquel planeta resultó en un principio interesante, pero pronto se tornó anodino, terriblemente gris; no como aquel satélite que lucía atractivo y que, en su cabeza, albergaba sorpresas que robaban la respiración al ser más temerario.

Jamás se rendía, y sabía que algún día lograría tocar su superficie. Podría respirar su atmósfera, estudiar su riqueza geológica y, quien sabe si biológica. Podría. Jamás se rendiría.


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