jueves, 30 de enero de 2014

La vida secreta de Walter Mitty. La sala de cine plagada de sonrisas.


Atraído por ese tráiler repetido hasta la saciedad en las salas de cine te sientas en la butaca con miedo de que se cumplan tus predicciones:
  1. El avance, de dos o tres minutos, nos brinda los únicos buenos momentos de la película. 
  2. Dicho avance es mejor que el propio largometraje.
  3. Resume una cinta tan escasa en contenido que basta con ver el tráiler.
¿Qué ocurre si esos miedos se cumplen (y ocurre en un alto porcentaje de ocasiones)? Que desearás la aniquilación de unos cuantos individuos; y tú el primero, que para éso has caído en la trampa de nuevo. En el caso de "La vida secreta de Walter Mitty", lo último de Ben Stiller, el tráiler deja claro por donde van los tiros y crea unas expectativas que en mayor o menos medida quedan satisfechas.

Si buscas un canto al optimismo, una oda al cumplimiento de tus sueños, un rato para evadirte de tus preocupaciones y atiborrar a tu estómago de esperanza, ésta es tu película. Que Walter Mitty, presentado como un ser apocado e insustancial, enamorado hasta la médula de la mujer de sus sueños y de sus "idas de olla" (algunas de ellas muy divertidas) se transforme en el emblema de la superación puede resultar más o menos creíble, mejor o peor definido, pero representa un oasis entre los dramas sangrantes ávidos de premios dorados, las comedias de baratillo, los productos adolescentes y otros géneros de moda. No es perfecta, dista mucho de serla, pero cumple el cometido.

La mala definición de ciertos personajes (el jefe, Adam Scott, tan mal perfilado y tan poco aprovechado) o la ligera pérdida de ritmo en algunos tramos restan puntos, pero queda claro que lo positivo supera a lo negativo en esta ocasión. En lo visual es brillante, y las intervenciones de Shirley McLaine, Sean Peann y Kristen Wiig se agradecen. Y la oreja triguera debe reconocerlo: se emocionó en cierta escena en la cual la odisea espacial del Major Tom de David Bowie se torna fundamental para dotar de la emoción necesaria al momento; escuchar 'Space Oddity' de esa manera en un cine es, por decirlo de manera directa, acojonante.

Puede ser interesante seguir el salto de Ben Stiller a otros territorios. Puede resultarte interesante la película si deseas salir con una sonrisa del cine.

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