jueves, 12 de diciembre de 2013

Anhelos


La misma mesa, en el mismo café, para el mismo desayuno. Así era desde hace años, y últimamente le hacía pensar. Cierto es que había tenido altibajos en los que deseaba abandonar todo y reunir fuerzas para llevar la vida que idealizaba, pero las responsabilidades sustituyeron a sus sueños de juventud al cumplir los 22. Y de los 22 años a los 70 recién cumplidos. De nuevo se encontraba liberado y no hacía más que dar vueltas al mismo tema.

¿Qué sentido había tenido su vida?¿Por qué ese camino y no otro? ¿Había merecido la pena? Puede que hubiera recibido ciertas recompensas, pero sus anhelos habían quedado aparcados durante décadas, y de nuevo latían con un impulso frenético.

Así que, ¿por qué no lanzarse? Aún estaba a tiempo. Surcar los cielos y sentir el azote del viento sobre su cuerpo era posible. Y no debía dejar que nadie se lo impidiera...se lo repetía una y otra vez.

Esta vez estaba decidido: lo planearía a la mañana siguiente. En la misma mesa. En el mismo café. Con el mismo desayuno.

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