Moradora de parajes húmedos, la adusta acémila destaca por un carácter variable, con tendencia a la desinhibición en la temporada estival. Poco amiga de enfrentamientos que se intuyen eternos, es propensa a atacar sin miramientos, siempre que las circunstancias lo permitan.
Extremadamente selectiva en la observación de posibles presas, acecha sobre el lecho formado por su progenie, y no duda en sacrificar la seguridad de sus crías si es necesario, siempre en beneficio de la cinegética, la cual, en ocasiones, convierte en una secuencia repleta de memorables virtudes biológicas, derivando ocasionalmente ésta en una profunda y, quien sabe si próspera, dilección.
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