martes, 21 de enero de 2014

"12 años de esclavitud". Dotando de estilo a un tema universal.

Nota: el burro triguero comenzó hace tiempo hablando sobre cine, música y perversidades varias. Como uno se debe a sus orígenes y jamás debe olvidarlos, recupero el apartado cinéfilo.

El salto de Steve McQueen al denominado "mainstream" (término hipster donde los haya...) ha resultado acertado. No pretendo decir que sea beneficioso, perjudicial o confuso: simplemente ha sabido exprimir las posibilidades a una producción de mayor escala manteniendo su personalidad, y eso se agradece mucho; el director de las enormes 'Hunger' (2008) y 'Shame' (2011) saca provecho a una historia que podría caer fácilmente en el melodrama barato, recreando con crudeza una etapa terrible de la historia norteamericana.

Y crudeza es lo que caracteriza a sus películas. De la durísima huelga irlandesa del 81 a la  atormentada vida de dos seres heridos por la culpa y la vergüenza, McQueen desarrolla una manera de hacer personal y directa. Uno de los responsables de que todo salga a flote en el terreno interpretativo es el enorme Michael Fassbender, actor todoterreno, carismático y de un talento fuera de serie. En "12 años de esclavitud" desarrolla uno de los personajes más interesantes del film, con una serie de aristas que le dotan de una complejidad llamativa.

Pero en este caso no es el protagonista de la función: Chiwetel Ejiofor da muestra de sus capacidades en un personaje que no necesita hablar para mostrar la desesperación por recuperar la dignidad. El reparto es de lujo: Paul Giamatti, Benedict Cumberbatch, Paul Dano, Lupita Nyogo'o (en un papel durísimo que ataca con gran solvencia y sensibilidad),...

Es una historia que se ha contado mil veces, y los resultados han sido dispares. ¿Qué tiene de especial esta cinta? Que trata de una manera personal, interesante y descarnada el tema de la esclavitud, saliendo airosa de tal empresa.

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